PETALOS DE SAL

Hay mañanas que te susurran cosas. Hoy me susurraron este poema de Raúl Gómez Jattin que como lo dice Jaime Jaramillo Escobar en respuesta a la carta que el poeta le envió con sus escritos "Cuando empezabas apenas a caminar dabas los primeros pasos de siete leguas, poeta desbocado, lenguaraz, deslenguado, gigantón y desnudo, desusado, desmesurado, indomable. [...] No cabrías en mi pequeño cuarto, no cabrías en esta ciudad, tú eres el padre de la selva. Mándame todos los poemas que tengas quiero ahogarme en ellos"  Si las nubes no anticipan en sus formas la           historia de los hombres Si los colores del río no figuran los designios del           Dios de las Aguas Si no remiendas con tus manos de astromelias las           comisuras de mi alma Si mis amigos no son una legión de ángeles          clandestinos Qué será de mí.

Santuario bautizado por la lluvia sagrada de lo etéreo, eterno adiós en los vagones del olvido,  espíritu inquieto que transita en cualquier lugar, camino, microcosmos,  "artecofactos", casa paisaje... te gusta escapar del acronismo envolvente del amor.  Olvidas el vínculo que te desgarró de los mantos de la tierra, palpitas con el narcotizante movimiento de las multitudes,  te escondes tras el temor vibrante del desamor, ¿Cómo quebrantar tu espíritu decadente? ¿Cómo extraer de ti un poco de humanidad? En la montaña te observa sentada una  olla de barro,  un rojo vibrante en los pasillos del hasta nunca,  un grafito en los  desdibujados rostros de la tan cansada rutina,  una poesía escrita en el dorso del pensamiento,  un baconiano encuentro con los exquisitos cuerpos desnudos del beso Lunatica lune, vin rosé ...  

Lo peor del amor cuando termina son las habitaciones ventiladas, el puré de reproches con sardinas, las golondrinas muertas en la almohada. Lo malo del después son los despojos que embalsaman al humo de los sueños, los teléfonos que hablan con los ojos, el sístole sin diástole sin dueño. Lo más ingrato es encalar la casa, remendar las virtudes veniales, condenar a la hoguera los archivos. Lo peor del amor es cuando pasa, cuando al punto final de los finales no le quedan dos puntos suspensivos… Joaquín Sabina.

Para todos este poema de Nicanor Parra, merecedor del Premio  Cervantes este año Cartas a una desconocida Cuando pasen los años, cuando pasen los años y el aire haya cavado un foso entre tu alma y la mía; cuando pasen los años y yo sólo sea un hombre que amó, un ser que se detuvo un instante frente a tus labios, un pobre hombre cansado de andar por los jardines, ¿dónde estarás tú? ¡Dónde estarás, oh hija de mis besos!