Bilis Negra
Hace un tiempo, vino de visita la melancolía, acompañada de un viento lúgubre, la invité a habitar mis días, pocos.. durante algunas ocasiones intenté ofrecerle algo que pudiera aplacar su frivolidad, sin embargo se negaba a deshabitar su vestido de tristeza. Con esperanza, la invité a bailar las penas y temiendo enredarse en los hilos fébriles de la felicidad, se escondió tras una mueca irreverente y desencantada. Susurré algunos cantos alegres y simulando sonidos pintorescos de xilófonos y tambores, las notas producidas por la música se desbordaron en una especie de danza ritual, intentando llenar de colores sus cuadros viciados de profunda oscuridad. Ella, obstinada, extrajo como de un profundo hoyo, un grito que espanto las notas musicales, rizomáticas, danzantes en el aire. ...Silencio... Temeraria, le ofrecí cardamomo para darle sabor a su tristeza, quise llenarla de sonrisas y cosquillas, pero como un cuerpo inerte, permaneció inmóvil en su hábito.