Un día conocí un gato con alma de pájaro,
extraña sensación de trasmutación.
Su ligereza, esa levedad que lo hacía propietario de unas enormes alas...
algo me hace pensar que alguna vez todos fuimos pájaros y ahora cargamos con este pesado vehículo humano.

Comentarios

  1. si, somos gatos, pajaros, angelitos sonrrientes, soñantes, viajantes, el pluriverso humano es infinito.. lindo leerte!

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Mi mirada es nítida como un girasol

Ayeres

Gratitud