PETALOS DE SAL

Sensibles son mis pasos a las palabras, Recorro los atardeceres fríos del silencio, No estoy sola porque me acompaña un sentimiento hecho materia, Y la lógica se fusiona con la fina expresión de una pluma dispuesta en un papel. Recorro los espacios vacíos de este mundo antes sin vida, hoy hecho silabas y bendición del cuerpo, mediador de mi alma, que a gritos ansiosos se alimenta de su verdad. La razón es aun más quisquillosa, me pide buscar en el rincón de mi cuerpo un motivo para escribir con mis pasos que buscan un próximo “fatum”, una próxima oportunidad.

Las dulces mieles de la pasión, Sus embelesos, Los cabellos largos y perfumados Los olores que pertenecen a un jardín hoy visten de efímeros y altaneros recuerdos que encrudecen el cuerpo. Cabellos cayendo poco a poco, Perfumes escasos, Arrugas en el cuerpo, La muerte asecha a tu alrededor Y solo quedas tú y tu inservible y casi inhabitado cuerpo, con su hálito de espíritu. El aire se agota Los sentimientos mueren con el cuerpo Y la vida se desvanece como el sol al atardecer en tus derrochados pechos. La pasión, solo un deshabitado espacio en tu mente, que se pierde lentamente Y tu vida, en un blanco papel, Ya no es la misma.