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Monólogo mental

y SÍ, sigo escribiendo... porque la vida sin poesía sería como una tarde gris, una vida pálida, triste. Porque escribir es mi catarsis y sin ella no soy nada... no sería más que una forma sin nombre, sin atardeceres rojos, no sería más que un nada en un mundo de nadas... condenada a exisitir, solo exisitir..

Absenta hacia el pasado

El pasado y su corrosivo sabor a melancolía, me embriago en su sexo, me muevo sigilosa recordando lo que ya no es, y me encuentro absorta en los recuerdos, me narcotiza el rose de la piel, la sonrisa cómplice, el vibrante caminar y bailar, y pienso... maldita manía de hacerme pedazos, ...el pasado no construye, me hundo tratando de recordar lo que ahora es un susurro, y son pálidas las palabras, son frágiles, casi disolutas, el hada verde que es mi pasado me hace naufragar en lo Vivido... no quiero ser un naufrago del pasado

Bucólico

Sentada sobre paraísos de tierra verde, absorta por tanta belleza, sonrisa clandestina esculpida de viento y paisaje, calma, adorada calma, cotidiana calma... apacible calma, no se quebranta. expirando luces de ciudad, pensando en ser y no ser, pensando... alucinando... soñando... susurrando... muy clandestina, sin palabras

Adrenalina

Ese estado de abismo continuo, esa contingencia de espíritu, ese aleteo inútil, ese despertar, incertidumbre y desvelo, felicidad, sentidos alterados, corpórea, disoluta, diáfana,  voy liberando el presente de fantasmas, voy liberando al tiempo de mi.

De andar-es

Como sé que a veces me pierdo, que las lunas orbitan por el cosmos de mi cuerpo como mareas que transforman, que la lluvia se ufana con su tonadita omnipresente, que me descubro en cada puesta de sol, trato de andar siempre erguida, melancólica, sospechosamente sonriente, con una alegría ociosa, profana y contradictoria. Entonces pienso que mis andar-es deben ser como un río de agua dulce, apacible, trashumante, constante, natural, como solo suelen habitarse ciertas cosas sin maquillaje, sin fantasmas...

440 hz

Mis pies y mis manos están adormecidos, la médula de mi cuerpo es una urbe, somnolienta, temerosa, vacua, pesada, áspera, fría, metódica asimétrica, ansiosa, frecuencia difusa, sentimiento transitorio, conspirando para ser 432...

Natalidades

Rayo de luz que penetra la ausencia de la misma, eterna dualidad, pies de indio trashumantes y patirojos, un vientito fresco del sur, una obtusa presencia, un baúl de notas musicales que resuenan en cada fría distancia, un alquimista de ensueño, una lascividad en tercera persona, imagen proyectada en la retina... camino que se escribe, tejido que se expande en espiral.