De andar-es

Como sé que a veces me pierdo,
que las lunas orbitan por el cosmos de mi cuerpo como mareas que transforman,
que la lluvia se ufana con su tonadita omnipresente,
que me descubro en cada puesta de sol,
trato de andar siempre erguida, melancólica, sospechosamente sonriente,
con una alegría ociosa, profana y contradictoria.
Entonces pienso que mis andar-es deben ser como un río de agua dulce, apacible, trashumante, constante, natural, como solo suelen habitarse ciertas cosas sin maquillaje, sin fantasmas...

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